Imagenes desde las Antípodas

Despues de mucho pensarlo y no hacerlo, hoy por fin me digno a subir algunas fotos de la experiencia neozelandesa. Todas ellas son de la Isla Sur y mas concretamente del sur de dicha isla. Paisajes, gentes, animalitos, y .....mucho más.

Takuji y yo a la vera del leon marino

Intercambio culinario con los ¨crazy¨ asiaticos

La railway station de Dunedin, uno de los simbolos de la ciudad


Experiencia pinguinera en Sandfly Bay



The Catlins, parecido al final del mundo

Descansando en la hierba, cual perro


Peninsula de Otago, naturaleza al alcance de la mano


Milford Sound


Maestros disfrutando del pais, no va a ser todo aprender ingles




A esto se le llama relajarse en la naturaleza

Como los bancos algun dia....

Rastreando por la red me encontré con un interesantísimo caso de trampa a la banca. Un chico decidió jugarsela y emprender una atraco sin violencia alguna. El texto que sigue lo escribió el citado chico meses atrás. Justamente ayer, 17 de Marzo, Eric Durán salía a la palestra. Y de volada la policía lo arrestó. Mas la jugada ya acabó en golazo. A muerte con la banca y toda la mierda que le rodea. ¡¡¡A por ellos que ya está bien de robarnos¡¡¡
He “robado” 492.000 euros a quienes más nos roban para denunciarlos y construir alternativas de sociedad

Escribo en estas páginas para hacer público que he expropiado 492.000 euros a 39 entidades bancarias a través de 68 operaciones de crédito. Si incluimos los intereses de demora, la cifra actual de la deuda es de más de 500.000 euros que no pagaré.

Ha sido una acción individual de insubmisión a la banca que he llevado a cabo premeditadamente para denunciar al sistema bancario y para destinar el dinero a iniciativas que alerten de la crisis sistémica que estamos empezando a vivir y que intenten construir una alternativa de sociedad.
Se trata de una acción ajena a cualquier tipo de violencia, que reivindico como una nueva forma de desobediencia civil, a la altura de los tiempos que corren. Cuando la financiación al consumo y la especulación son dominantes en nuestra sociedad, ¿qué mejor que robar a los que nos roban y repartir el dinero entre los grupos que denuncian esta situación y construyen alternativas?
Llista d'entitats bancàries afectades.

¿Cómo he podido conseguir tanto dinero sin propiedades ni avales?

Tras algunas investigaciones y pruebas, en la primavera del 2006, empecé a llevar adelante de manera definitiva esta idea haciendo creer, según el caso, a los diversos bancos, cajas y establecimientos financieros de crédito que me quería reformar el piso o comprar un coche. En algunos casos, también a través de una empresa creada con el propósito de poder justificar determinadas inversiones como la compra de material audiovisual para una productora.La ventaja de pedir un préstamo desde una empresa es que la deuda como empresa, aunque sea una empresa unipersonal, no aparece en tu historial de deuda personal, de modo que puedes ir aumentando tu endeudamiento indefinidamente sin que el CIRBE (sistema de información sobre deudas del Banco de España) lo detecte. Existen otras maneras de engañar al CIRBE que explicaré a quien quiera realizar una acción con una finalidad similar a la de la mía.

Estos préstamos eran solicitados sin ninguna garantía ni de otra persona ni de ninguna propiedad, simplemente con mi firma. Con una profesión inventada y una buena nómina falsa que hacía creer que ganaba de sobras para acceder a la financiación. El quid de la cuestión es que los bancos no tienen manera alguna de comprobar si una nómina que les presentes es real o no, siempre y cuando la empresa y la persona existan realmente.

También había que presentar los extractos bancarios adecuados, que conseguía haciendo circular el dinero de cuentas de empresa a cuentas personales a través de transferencias de nóminas para simular ingresos personales, que los bancos se creían. En algunos casos me pedían el contrato de trabajo, la declaración de la renta o la vida laboral. A mis empresas les pedían las declaraciones del IVA trimestral y, cuando ya tenían más de un año, el impuesto de sociedades.A todo esto se puede responder adecuadamente, y a veces con información real. Si no, con una impresora, fotocopiadora, tijeras y celo, ¡se hacen maravillas!En algunos casos, tuve que comprar el coche para el que había solicitado el préstamo, y después me lo tuve que vender todo antes de dejar de pagar para que no me lo pudiesen embargar i así tener más fondos para financiar las luchas.

Sorprenderá que haya conseguido esto, 492.000 euros sin avales ni garantías, en un contexto de contracción del crédito. Es una demostración de cómo la banca promueve el endeudamiento de las familias por encima de cualquier control y de cualquier medida de prevención de riesgos y de sentido común.

Como conclusión, hay un hecho que nos puede ayudar a entender las posibilidades y oportunidades que hay para este tipo de acción: los bancos y las entidades financieras necesitan conceder créditos, porque es una de sus maneras principales de obtener beneficios y porque, como ya hemos explicado en otro artículo anterior, el sistema financiero necesita que cada vez se firmen más créditos para poder crear cada vez más dinero. Es una rueda que no se detendrá hasta que colapse el sistema. Nosotras, en lugar de seguir ayudando a que la rueda gire pidiendo créditos para producir o para consumir, tenemos la oportunidad y la responsabilidad de ponerle trabas, heciéndoles creer que queremos créditos y que así podrán crear este dinero gracias a nosotras. Después, al no devolver los préstamos, hacemos desaparecer este dinero y el que se había creado de la nada, con la garantía que habíamos firmado de devolución de las deudas. Este sistema funciona a partir de la confianza y si mediante formas de actuación como estas, conseguimos sembrar desconfianza, podremos abolirlo (destruirlo?)!

¿Por qué esta acción?

Esta crisis que se ha explicado en artículos anteriores, especialmente en su vertiente energética, era de prever. Hace tres años conocí las refleciones acerca del cénit del petroleo y pensé que en el momento en que se desencadenara la crisis sería fundamental que estuviésemos preparadas. Ésta podría ser una oportunidad para el cambio social, un momento que se tenía que aprovechar. Pero si no nos preparábamos, el futuro podría llegar a ser incluso mucho peor de lo que tenemos ahora, dado que la gestión de la escasez dirigida desde poderes económicos y políticos podría llevarnos hacia un nuevo fascismo.A menudo, uno de los inconvenientes que encontramos cuando hablamos de transformación social en la actualidad es que nos cuesta identificar a los enemigos principales. No en vano, ya juegan bien sus cartas para que cueste identificarlos. Como hemos visto en el artículo que hablaba del sistema financiero, hay mecanismos escondidos y perversos que hacen que una minoría controle la creación de dinero y, a partir de ello, hacen que el sistema económico se mueva al ritmo que más les interesa. Desenmascarar a esta minoría, a este sistema bancario que nos lleva al colapso ecológico, me parecía fundamental y fue una motivación clara para llevarme a realizar esta acción de insumisión financiera y hacerla pública.Otra razón de peso fue el poder fortalecer a los movimientos sociales para que se pudiesen preparar para la crisis, ensayando las alternativas que pueden convertirse en el ejemplo de una forma de vida viable cuando ésta estalle. Creía que para esto hacía falta más dinero del que podemos conseguir por otros medios, ya que, según mi experiencia en los movimientos sociales, uno de los factores limitadores importantes de los proyectos transformadores ha sido siempre la falta de capacidad económica para echar adelante proyectos estratégicos que se puedan iniciar cuando se crea conveniente y mantener con el tiempo.

Hay alternativas de sociedad que empiezan a ponerse en marcha desde la práctica y sin ideas demasiado preestablecidas. Hay muchas iniciativas que, desde la autonomía y la autogestión, están empezando a practicar formas de vida en las que creen como alternativa al sistema capitalista actual. Hay esfuerzos claros y decididos para coordinarse y organizarse conjuntamente en red, para empezar a poner en práctica otro modelo de sociedad. El camino ya ha empezado, ahora hay que mantenerlo y darle fuerza.

¿A quién ha ido el dinero?

Una vez pagadas comisiones, intereses, notarios, impuestos y gastos varios relacionados con la acción y que no forman parte del dinero disponible para el cambio social, quedaron unos 360.000 euros que se han destinado, entre otros, a la publicación que tienes entre tus manos1. Los demás destinos han sido diversas acciones e iniciativas destinadas tanto a concienciar sobre la crisis sistémica (energética, alimentaria, económica...) como, especialmente, a impulsar un anplio movimiento social que ponga en marcha otras maneras de vivir en sociedad mientras se enfrenta al modelo capitalista actual, teniendo como objetivo el de sustituirlo.

No daré detalles en este escrito para no poner en problemas a los proyectos que han recibido este dinero sin ser responsables de ello, pero confío que la memoria de las personas con quien he compartido momentos en los últimos tiempos activará el boca-oreja que hará que mucha gente pueda saber con seguridad que el destino de los fondos ha sido orientado en este sentido.

Un llamamiento a la acción

Esta acción quiere ser sobre todo un llamamiento para que cada una se plantee qué es lo que puede y lo que quiere hacer para cambiar el estado de las cosas dentro de lo que sea posible o incluso de lo que podría parecer imposible...Si yo he llevado a cabo esta insumisión financiera, arriesgando mi libertad para demostrar que el sistema económico es más vulnerable de lo que parece y para conseguir todo este dinero para la construcción de alternativas, quizás muchas otras personas podrán hacer alguna cosa más si creen en sí mismas, si saben librarse de los falsos miedos en que se nos educa premeditadamente dentro del sistema y si piensan decididamente que sólo la gente, desde abajo, podemos cambiar el estado de las cosas.

Poniendo como ejemplo el estilo de acción que yo he llevado a cabo, quizás cada uno, según su contexto personal y económico, pueda darse cuenta de que hay cosas que están a su alcance: Los arrendatarios, que padecéis el encarecimiento de los precios (que acostumbra a venir tras el encarecimiento de los precios de compra) podéis juntaros para iniciar una huelga de alquileres como la de los años 1930 y 31; me consta que ya hay gente que está pensando en ello...

Si estáis pagando una hipoteca desde hace pocos años y os queda mucho tiempo de trabajo en un puesto que no os gusta, quizás podéis dejar de pagar la hipoteca y okupar vuestra casa. Si lo hacéis solos quizás tendréis un problema (aunque no más grande que el que ya teníais y además os podréis plantear dedicaros a lo que os guste y que sea coherente con vuestras ideas y vocaciones) pero si mucha gente se organiza, será la banca la que tendrá el problema...

Si sois personas comprometidas y queréis colaborar con los movimientos sociales, ahora ya sabéis que tenéis la opción de solicitar algunos préstamos y no pagarlos para así financiar las luchas, a la vez que ponéis trabas al sistema financiero. Hay maneras de hacerlo sin recibir por ello ninguna acusación penal, sería cuestión de hacerlo a una escala más pequeña que la mía y de no hacerlo público. En esto os puedo echar una mano, jeje.Si ya vais camino de tener que vivir sin cuentas bancarias porque os han puesto una pena-multa (de esas que tanto abundan actualmente) que no queréis pagar, ¿por qué no expropiáis algo de dinero a la banca antes de que llegue el momento de dejar de tener cuentas corrientes?

Eso sí, con estas diversas opciones y otras que se os puedan ocurrir seréis morosos toda la vida (o mientras aguante este sistema financiero en crisis...), de modo que sería aconsejable que os lo pensaseis como idea acompañana de un plan personal para vivir de otra manera, sin cuentas corrientes ni propiedades. De todos modos, si no podéis o no queréis llevar a cabo ninguna de las acciones anteriores, hay dos cosas más sencillas que todo el mundo puede y debería hacer lo antes posible: no solicitar ningún crédito y sacar el dinero del banco.

Al mantener préstamos, tarjetas de crédito y cuentas corrientes, estamos siendo cómplices de unos bancos que representan el corazón de un sistema capitalista que está sembrando la destrucción del planeta, la pobreza y la esclavitud de nuestras vidas por doquier.Sacar el dinero del banco es una cosa que cualquier persona puede hacer si simplemente se organiza un poco para gestionar sus pagos y cobros de otro modo.
Y si este llamamiento te llega tarde porque hay deudas que no has podido pagar y ya apareces en listas de morosidad de los bancos... por qué no te pones en contacto conmigo y montamos un sindicato de morosos? Que hay más personas inscritas en las listas de morosos que en las del paro... ¡y vivir sin cuentas corrientes es un arte que valdría la pena compartir!

Lo que voy a hacer a partir de ahora.

Mientras escribo este comunicado público aún no hay ninguna acusación penal contra mi persona, hecho que prueba que he podido llevar a cabo la acción hasta el final afuera de cualquier control o sospecha policial.De todos modos, según el sistema judicial del estado español (y sin contar con su motivación ética), a partir de esta confesión se me tendría que acusar de estafa mayor (que se considera a partir de 50.000 euros) y de insolvencia punible (también denominada levantamiento de bienes). Por la primera acusación se me pueden pedir entre 2 y 6 años, y por la segunda entre 1 y 3 años. Así que he preferido reivindicar esta acción públicamente como desobediencia civil para que todo el mundo pueda saber lo que se puede hacer y para cuestionar al mismo sistema financiero en vez de esconderlo como me recomendaría cualquier persona que pensase primero en su integridad personal.

Pero dado que mi postura es claramente de reconocimiento y de defensa moral y política de los hechos y dado que no pienso que el sistema judicial está legitimado para juzgarme (como parte de un sistema político totalmente antidemocrático en cuanto a dependencia de los mismos poderes económicos a los que denuncio con mi acción), he decidido acompañar esta explicación pública de los hechos con mi desaparición física. De ese modo evitaré que posibles represalias contra mi libertad o mi cuerpo me impidan seguir defendiendo y explicando estos hechos públicamente y seguiré activo en los movimientos sociales catalanes a partir de la participación virtual mientras me encuentre físicamente en algún otro lugar del mundo desde el que pueda también participar en las luchas sociales.

Más adelante, me reservo la posibilidad de volver a aparecer físicamente en territorio catalán, si se demuestra que la sociedad civil catalana está preparada para defender la libertad de aquellas personas que nos enfrentamos públicamente a los poderes económicos y políticos de nuestra sociedad.

Y si algún día, por voluntad propia o no, soy juzgado, aviso que el único veredicto que aceptaré será la absolución por consideración del tribunal de que mi acción no es constitutiva de delito, a causa de su motivación ética y solidaria en contra de los actores que más daño hacen a esta sociedad y en pro del bien común. Aparte de esto, no negociaré penas menores para evitar cumplir condena, ni pagaré una fianza, ni multa, ni negociaré la deuda. Si el estado es incapaz de salir de la presión de los poderes fácticos, que todo el mundo lo vea manteniendo a una persona como yo en prisión.


Esta acción de Enric, aún siendo innovadora, no sale de la nada; históricamente, activistas de muchas tendencias se han arriesgado por el bien común desde afuera de la legalidad vigente, ya sea realizando acciones contra la banca para financiar las luchas, ya sea realizando acciones públicas de desobediencia civil para transformar algo. En el campo de las expropiaciones bancarias, la tradición arranca a principios del siglo XX, en países como Francia e Italia, y también en el estado español, por ejemplo con el espectacular atraco al Banco de España en Gijón por el grupo de los solidarios, en 1923.Personajes míticos de nuestra historia como Durruti, Quico Sabaté o Salvador Puigantich han participado en acciones de este tipo, las cuales siempre son peligrosas ya que se pone en juego la vida tanto de los participantes como de los trabajadores de las sucursales. Otros métodos clandestinos, más seguros para las personas pero complicados han sido la falsificación de moneda o de cheques de viaje, por esta última acción contra el Citybank se dio a conocer al mundo Lucio Urtubia, quien todavía vive y recientemente ha realizado varias conferencias en el territorio catalán para presentar el documental Lucio, el anarquista irreductible.La estrategia de la desobediencia civil arranca en el siglo XIX de la mano de Henry Thoreau y se hace conocida mundialmente a través de figuras como las de Gandhi y Martin Luther King. En el estado español no empieza a valorarse la desobediencia pacífica como posibilidad hasta después de la muerte del dictador Franco, dado que cuando la violencia del estado goza de completa inmunidad, la desobediencia no violenta se hace imposible. Desde los 70 hasta ahora, algunos de los movimientos sociales más reconocidos como la exitosa insumisión al servicio militar y el movimiento de okupaciones se basan en esta premisa desobediente.Una de las dificultades del punto de encuentro radica en que parten de situaciones opuestas. La primera necesita de clandestinidad; la segunda es una acción pública que basa su fuerza en su apoyo social y en la legitimidad de sus acciones. La acción que nos ocupa hoy las puede fusionar porque tiene dos partes: la parte de acción directa (ya se ha llevado a cabo y su carácter secreto ha permitido el éxito de la acción) con la parte de desobediencia civil (que empieza hoy, con la confesión y defensa pública que hace el autor, cuestionando seriamente la legitimidad moral de la banca).

Si este ejemplo quedará como un caso aislado o si será la semilla para una nueva estrategia de acción, ya sea pública o escondida, el tiempo nos lo revelará. La palabra la tenemos cada una de las personas que queremos cambiar las cosas.
Dejo el link de la página donde han ido a parar algunos fondos de la maravillosa jugada: http://www.17-s.info/es/

Para entender un poco mejor que esta pasando

La palabra crisis está de moda. Todo el mundo se encuentra en crisis, claro está que unos más que otros. Pero necesitamos saber que es lo que se esconde detrás de esta pequeña palabra. Porque con el uso desmesurado de los términos llegamos a perder la claridad que supuestamente iluminan áquellos.
Por ello, y tras caer en mis manos un pequeño libro, quier compartir con ustedes unas páginas de éste para asi aclarar un poco lo ocurrido en torno a la actual situación económica del sistema capitalista.

¨La crisis económica que hoy asola al mundo no es financiera (de crédito y/o de liquidez), es una crisis estructural de sobreproducción relativa de mercancías. En otras palabras, las industrias del mundo están produciendo más mercancías (productos) de las que el mercado puede consumir, por lo que, dado que no logran vender parte de sus productos, se ven incapacitadas para pagar sus deudas (por ello la crisis aparenta ser financiera), sus ganancias se estancan o reducen y no pueden seguir reinvirtiendo para continuar produciendo, pues no venderán lo que produzcan. En consecuencia, el problema es más grave, profundo y de larga duración que una crisis financiera o una pasajera caída de las bolsas de valores.

Desde los últimos años del siglo pasado muchas empresas de diversos sectores productivos comenzaron a percibir mayor dificultad para colocar sus productos, ya que las empresas del sector comercio requerían más tiempo para vender las mercancías, razón por la que alargaron los periodos entre un pedido y el siguiente.

Esta situación fue la consecuencia de veinte años de políticas económicas y prácticas laborales dirigidas a reducir los costos de la mano de obra y el aumento de la productividad (incremento del rendimiento de cada trabajador) que dieron por resultado la reducción del poder adquisitivo de los salarios en todo el mundo, incluido el llamado primer mundo.

Como los trabajadores de todas partes tenían menor poder adquisitivo fueron reduciendo paulatinamente su consumo. Pero, gracias a la aplicación de tecnologías que incrementan la productividad, los costos de producción se redujeron y por ello la ganancia creció compensando en parte la reducción en las ventas. Obteniendo una ganancia mayor por cada producto los empresarios lograron durante un tiempo mantener sus ganancias en niveles satisfactorios. Sin embargo, la capacidad de consumo de la gente siguió contrayéndose. La alternativa que encontraron los empresarios fue formar alianzas fusionando empresas para abaratar sus costos de producción y operación y controlar una fracción mayor del mercado.

Al mismo tiempo, el sector comercio se asoció con los banqueros para hacer más accesible el crédito para el consumo, estimulando el otorgamiento de tarjetas de crédito bancarias. Esto encarecía las mercancías porque los consumidores debían pagar los productos y el costo del crédito, pero permitía a las personas adquirirlos y pagarlos poco a poco, conservándose temporalmente la capacidad de consumo.

El crédito al consumo permitió durante casi una década ocultar la progresiva contracción del mercado, posponiendo el estallido de la crisis. Entre tanto, la reducción en las ventas lentamente fue alcanzando los primeros eslabones de las cadenas productivas, es decir, a las industrias extractivas y las productoras de maquinarias y equipos para las industrias que producen mercancías para el consumidor final.

El conjunto de las cadenas productivas intentó, dado que el mercado para el consumidor final y el gran mercado entre industrias tendían a la contracción, colocar parte de sus ganancias en las bolsas de valores y en instrumentos bancarios, en lugar de invertirlos en la producción. El resultado fue el crecimiento del monto de dineros o capitales flotantes que buscaban obtener beneficios sin poder ni querer insertarse en los procesos productivos. Los dineros o capitales flotantes llegan a la bolsa de valores a fortalecer económicamente a las empresas que cotizan en la bolsa comprando acciones a cambio de obtener parte de las ganancias de las empresas. Pero, como ya dijimos, éstas tenían cada vez más dificultades para acrecentar sus ganancias y en consecuencia pagar los beneficios ofrecidos.

En la bolsa se capitaliza una empresa al comprar sus acciones y se la descapitaliza al venderlas, se puede jugar con los precios de las acciones comprándolas baratas y vendiéndolas cuando han subido de precio. El precio de las acciones puede subir de manera natural cuando sus ganancias se incrementan, cuando el sector está creciendo o incluso cuando de manera artificial, sin ninguna razón específica, se incrementa su demanda. Los empresarios de todos los sectores buscaron otras posibilidades más rentables y más rápidas para obtener las ganancias que el mercado empezaba a negarles. Lo encontraron en la banca, financiando diversas formas de crédito y empezaron a comprar “acciones” de sistemas de crédito. Los banqueros ofrecieron jugosas ganancias a cambio de dinero para prestarlo. Llegaron al extremo de vender deudas que parecían de pago seguro, como las hipotecas y los comodities.

Los comodities son compras a futuro de materias primas y otros insumos para la producción (como los combustibles) que aún no se producen. Al comprarlas los empresarios se aseguraban un precio determinado de sus materias primas e insumos, de manera que un sobresalto en el mercado no los metiera en problemas en el futuro, pero al aumentar la demanda de los comodities estos subieron de precio y llevaron los precios del petróleo y los granos básicos, por ejemplo, a niveles absurdos, pues la idea de comprar comodities era protegerse contra futuras alzas inesperadas en los precios.

Con los créditos hipotecarios y otros semejantes se llegó al extremo de revenderlos. Un banco otorgaba créditos para la compra de viviendas y luego vendía el conjunto de las deudas, bajo el entendido que los pagos futuros de los deudores serían seguros. Así se venden documentos que representan pagos futuros. Con esta operación un banco obtenía dinero a cambio de promesas de pago y el comprador a su vez vendía “acciones” respaldadas en dichas promesas de pago o pagarés. Para lograr la venta se ofrecían rendimientos superiores con la esperanza de colocar el nuevo dinero respaldado con promesas de pago en forma de nuevos créditos. Miles de empresas por todo el mundo jugaron a prestarse mutuamente dinero a cambio de mayores rendimientos (ganancias) que en la realidad eran inexistentes, pues al final de la cadena de préstamos se encontraban millones de personas y miles de empresas con escasa capacidad de pago.

Para colmo, en un ambiente en el que sobraban capitales (dinero) que buscaban donde colocarse para generar ganancias sin poder llegar a donde se genera la ganancia (la industria productora de mercancías) las complicaciones se agudizaron por el masivo arribo al mercado financiero (el de los préstamos sobrepréstamos, el del dinero virtual) de cantidades descomunales de dinero proveniente de la delincuencia organizada (narcotráfico, tráfico de personas, prostitución, pornografía, delincuencia cibernética, fraudes financieros, contrabando, robo de autos, secuestro, venta de protección, etc.) que buscaba lavarse para entrar en la economía legal y así ser disfrutado por sus poseedores sin problemas legales. Así, la competencia por colocar los capitales sobrantes y el dinero que requiere ser lavado produjo que los dueños de los sistemas de crédito ofrecieran mayores rendimientos, buscando captar parte de esa enorme masa de dinero que busca reproducirse. Todos sabían que semejante situación terminaría mal pero esperaban que un milagro los salvara o cuando menos que antes de que estallara la burbuja lograran hacer realidad las promesas de pago que tenían en sus manos. Pero obviamente la mayoría no lograría cobrar esos pagarés.

Llegó el momento en que los consumidores finales, los trabajadores, desde obreros hasta profesionistas y ejecutivos de empresas, llegaron al límite de su capacidad de endeudamiento y se atrasaron cada vez más en sus pagos o de plano dejaron de pagar. Al saberse que una empresa tiene listas de deudores que están atrasándose o dejaron de pagar (carteras vencidas) todos los poseedores de promesas de pago emitidas por esa empresa buscan venderlas cuanto antes para recoger de inmediato sus ganancias, recuperar lo invertido o de menos no perder mucho. Cada promesa de pago o pagaré tiene un plazo de vencimiento en que debe ser pagado y quienes comercian con las deudas deben pagarlos. Pero si les están llegando menos recursos porque al final de la cadena la gente no puede pagar sus créditos, pierden liquidez, es decir, no tienen dinero para pagar a sus clientes los rendimientos ofrecidos. Entonces las exigencias de pagos se multiplican al grado que los dueños de las listas de deudores se declaran en quiebra, por no poder pagar lo prometido. A esto le llaman crisis financiera.

Cuando la burbuja de la especulación revienta, es decir, cuando el gran fraude de todos contra todos se cae, todos denuncian que han sido víctimas y exigen a los gobiernos que alguien les pague el dinero que como rendimientos (insistimos dinero inexistente) se les prometió y dado que éste no existe nadie puede pagarlo. Los gobiernos salen al rescate de los empresarios otorgando dinero del erario público a los bancos y empresas semejantes para que puedan pagar (hacer realidad el dinero inexistente) a sus clientes y consumar el fraude. Así, cientos de empresas prometen rendimientos que se hacen realidad al final de cuentas sólo a costa de los contribuyentes.

Pero, como decíamos, la mayoría no logra cobrar las promesas de pago, por lo que muchos quiebran o reducen su nivel de operaciones despidiendo trabajadores, con lo que el desempleo se incrementa. Como las empresas quedan endeudadas compran menos a otras empresas y el mercado entre empresas se contrae aún más y con el incremento del desempleo y las reducciones salariales el mercado de consumidores finales se contrae también más. El resultado es más empresas que cierran o quiebran y más desempleo, que contrae aun más el mercado.

El círculo vicioso se detiene cuando el conjunto de la economía se reduce a su valor real, es decir, cuando desaparece el dinero ficticio, que al estallido de la crisis tenía un valor nominal equivalente a tres veces el valor de la economía real. Para que ello ocurra, las promesas de pago deben cobrarse; la mayoría no son cobrables pero algunas sí. Se trata de una guerra por ver quiénes siguen vivos en la economía y quiénes desaparecen pagando con dinero real las deudas ficticias que entre todos generaron. Aquí no hay justicia ni equidad, es la ley de la selva, gana el más fuerte y el más tramposo, el que tiene mejores contactos con los gobiernos. Miles de empresas desaparecen y millones de trabajadores quedarán sin empleo y una vez que en la economía no hay o casi no hay dinero ficticio el proceso se reinicia: las empresas crecen y generan ganancias que reinvierten para crecer más, pero cuando las ganancias son tan grandes que “no caben” en la empresa o en el sector productivo migran a otro sectores en busca de mayores y más rápidas ganancias y luego se convierten, mediante la banca en créditos.

Y otra vez, a la larga crecerán tanto los capitales (dinero) que trata de auto reproducirse prestándose a cambio de intereses, que llegará el momento en que será impagable y vendrá otra crisis. Pero, para evitar que la tragedia se convierta en un Apocalipsis muchas de las deudas son renegociadas a nuevos plazos para que en el futuro ese dinero ficticio sea pagado con dinero real (valor real) generado posteriormente. De manera que el sistema no se colapsa y continúa funcionando hasta la nueva crisis, consumiendo anticipadamente el valor que será creado en el futuro, o en otras palabras comiéndose el futuro. [……..]

[.....] Por la crisis estructural del sistema los trabajadores pagaremos el mega fraude y por lo pronto ya perdimos parte de nuestro salario, gracias a la devaluación permitida y propiciada por los gobiernos. Esta devaluación, resultado de la compra masiva de dólares (o euros) por algunas empresas, es una especie de rescate ultra rápido que el gobierno les proporciona a costa de las reservas de dólares, que no les pertenecen a los funcionarios del gobierno, que disponen de ellas con la mayor desfachatez.

Un plan económico para enfrentar la crisis debe incluir, así habrá que demandarlo, control de precios, aumento salarial de emergencia, garantizar la soberanía alimentaria y creación de empleos directamente de parte del gobierno, en lugar de entregar nuestro dinero a los empresarios aventureros y estafadores (todos).

Por último, la crisis que se enseñorea sobre el mundo, como acabamos de demostrar, tiene implicaciones sobre sectores álgidos e importantes del gran capital internacional: la industria armamentista, la alimentaria, el petróleo, agua, telecomunicaciones, evidentemente el sector financiero, todo está en entredicho y las posibilidades de superación son poco halagüeñas. Es por ello que debemos mantenernos alertas, con propuestas, para hacer frente a los coletazos sucesivos de la crisis que tanto fuera como dentro de nuestras fronteras nos afectarán.

Y una última reflexión: si alguien ha vivido en crisis en todos estos años, si alguien ha padecido sus efectos, somos los trabajadores. Quienes tenemos la obligación de entender que si esto ocurre es porque así funciona el sistema capitalista. No se trata de buenas o malas y perversas voluntades. Esta es la manera en como opera la economía y nosotros con crisis estructural del capitalismo o sin ella, siempre estaremos en desventaja.


Fuente: Elementos para entender la crisis actual. Palacio, V.; Lara, M.A.; Mora, H. Sindicato mexicano de electricistas. México 2008. Pág. 39-45.

Enlace con el texto completo: http://www.rebelion.org/docs/78425.pdf